Opinión: ¿En dónde estamos ahora?
La situación de Venezuela está tan mal como nunca antes se ha visto. Y no me refiero desde el punto de vista económico sino desde el punto de vista moral y nacionalista. Cuando en 1989 estalló el Caracazo, la chispa fue el aumento de la gasolina. Este a su vez provocó un aumento del pasaje del transporte público. Pero el epicentro no fue en Caracas. Fue en Guarenas y Guatire, ciudades donde vivía el grueso de la clase trabajadora que diariamente viajaba a Caracas donde se ubicaba sus puestos de trabajos. El descontento por este aumento generó una serie de protestas locales que paralizaron, por un lado, al transporte principal de esa clase trabajadora: es decir, no hubo transporte desde esas ciudades hasta Caracas; y por otro lado se paralizó un sector importante del comercio e industria de la ciudad capital al no presentarse esa clase trabajadora.